Escuchaba cómo golpeaban sin parar la ventana. El cielo encogido, las nubes enfurecidas y dejando caer todo el agua que contenían, miles de gotas que con la fuerza del viento eran empujadas hacia mi ventana.
En aquel momento se fue la luz. Busqué bailando con la oscuridad la caja de cerillas y una vela que siempre guardaba en el cajón. Rocé aquella cerilla escogida por la superficie rugosa de la caja y la prendí. Su llama iluminó aquella habitación y pude encender la vela. Me detuve en el medio de la habitación. Los minutos pasaban y mi baile con la oscuridad seguía su curso aunque ahora con un poco más de visibilidad gracias a aquella cerilla.

¿Por qué nos paramos y nos conformamos con la primera luz que aparece en nuestra mente?, ¿por qué no esperamos a que aparezcan más luces?, ¿por qué no esperamos a que más cerillas engendren su luz y a partir de ellas emprender un camino más seguro?. Dediquemos más tiempo a ejercitar nuestra mente, todo el mundo tiene una mente privilegiada, llena de ideas que no utilizamos y que si pusiéramos en funcionamiento mejoraríamos como personas. Y además, cuando digo todo el mundo, me refiero a absolutamente todos. Incluso un niño de 4 años puede tener una idea mucho más creativa que un adulto, pero por su edad no es considerada como una buena idea, ¿por qué?.
Evidenciemos que pensamos, evidenciemos que somos cerillas, encendamos las luces, encendamos la vida.
José Ángel Moya
No sabía que escribías, me ha sorprendido y gustado mucho!
ResponderEliminarUn beso!
:O que bonito, me ha hecho reflexionar un poquito
ResponderEliminarbesoos
¡Hola! Acabo de descubrir tu blog :)
ResponderEliminarUn texto muy bonito que invita a reflexionar. Es una buena moraleja ^^
Un beso!!!