Título: La azotea
Autora: Fernanda Trías
Editorial: Tránsito Editorial
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 140
Precio: 15,90 euros
Fernanda Trías (Montevideo, 1976) es narradora, traductora y magíster en escritura creativa de la Universidad de Nueva York. Ha publicado las novelas Cuaderno para un solo ojo (Uruguay, 2002), La azotea (Uruguay, 2001; Venezuela, 2010; Colombia, 2015), y La ciudad invencible (editada en España por Demipage, 2014, y en Uruguay por HUM, 2015); y el libro de relatos No soñarás flores, publicado en Bolivia, Chile, Colombia y Uruguay y nominado al Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez 2017 como uno de los trece mejores libros de cuentos en habla hispana publicados el año anterior. En 2004 obtuvo la beca Unesco-Aschberg para escritores y se estableció en Francia. Así empezó un período itinerante que incluyó las ciudades de Berlín, Buenos Aires, Nueva York, Valparaíso y Bogotá. La última parada de este viaje fue Madrid, gracias al premio para escritores latinoamericanos organizado por Revista Eñe, Casa de Velázquez y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) por su proyecto Mugre rosa. Actualmente es profesora en la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia.
«El mundo es esta casa», dice Clara. La llave de la puerta está echada; las ventanas, cubiertas con mantas. Dentro, Clara vive atrincherada con su padre, su hija y un canario enjaulado. Presa de su pasado y de sus miedos, atrapada en un delirio emocional, está convencida de que el mundo exterior es la feroz amenaza de la que debe proteger a su familia. La extenuante batalla que emprende contra él será la confrontación con su propio abismo interior.
«¿Vienen las amenazas y el dolor de fuera o están dentro de nuestro propio cuerpo?, ¿dónde anida la violencia?, ¿a qué le tenemos miedo?, ¿existe la posibilidad de encontrar una azotea desde la que respirar?, ¿cuáles son nuestros cordones umbilicales? Fernanda Trías no contesta a estas preguntas —no se puede— sobre el instinto, la civilización y los tabúes, pero las perfila y profundiza en ellas con una historia grotesca y contundente escrita con agilidad y un kafkiano sentido del humor. Atrévanse».
MARTA SANZ
Las buenas recomendaciones siempre son más que bien recibidas y más cuando se trata de una persona que suele leer libros interesantes y que cuando habla de ellos, habla con tanto cariño que hace que tu amor por ellos sea instantáneo. Hoy os traigo un libro totalmente diferente a lo que suelo leer y eso, la verdad, es que viene bien para cambiar un poco de género.
En La azotea encontramos la vida de Clara, una mujer que vive encerrada en su casa junto con su padre y su hija. Y es justo en ese momento donde viajamos en el tiempo de la mano de la protagonista para ver, desde que comenzó el embarazo, cómo ha ido evolucionando su vida.
Clara está embarazada de alguien que desconocemos desde un principio aunque su narración nos hace pensar que es su propio padre el progenitor de la criatura. Su padre, que sigue en la cama desde hace mucho tiempo, quiere salir de allí, respirar aire nuevo, ver las calles de la ciudad, etc., pero lo que para él simboliza la libertad es justo todo lo contrario para Clara. Ella sigue pensando que todo lo que hay fuera de esa casa es dañino para su familia y por ello sigue manteniendo su visión firme de quererles proteger.
Cuando llega Flor, que es vista por Clara como la esperanza de un cambio, de una nueva vida parece que vaya a cambiarlo todo aunque no es así. Clara sigue empecinada en sus paranoias de la sociedad que vive afuera y lo que parece ser una casa, se convierte en una completa jaula, como en la que vive el pequeño pájaro en la habitación del padre.
La azotea es el único rincón donde Clara, algunas veces, reflexiona sobre lo que hay afuera de la casa, de todo lo dañino que existe a su alrededor y que pretende comerse el mundo de los que allá andentro viven.
El libro está lleno de simbolismos que dan para hablar muchísimo. La casa se convierte en una jaula, la sociedad maligna que vive fuera de ella y que pretende ser protegida por Clara, el fin de una familia tras quedarse sin absolutamente. Es en el final del libro, cuando ya la angustia llega hasta la garganta cuando en una de las escenas donde las velas iluminan la casa algo se me activó adentro. En ese momento el mito de la caverna de Platón viajaba por mi mente cuestionándome si había algún tipo de relación. Llegué a relacionar este hecho con las sombras que se veían dentro de la caverna haciendo hincapié en el efecto de las sombras y la realidad que tiene Flor sobre lo que es la vida.
¿El final? Eso os lo dejo a vosotros lectores.
Sin duda, La azotea ha sido una experiencia angustiosa de principio a fin, donde la narración se centra tan sólo en la casa donde habitan estos tres personajes que viven en la decadencia donde Clara, la protagonista principal de esta historia pretende proteger de una forma u otra a su familia aunque de lo que no se da cuenta es de que les lleva al final de la vida. Me recuerda muchísimo a la experiencia lectora vivida con Del color de la leche y Siempre hemos vivido en el castillo, así es que si os gustaron estos libros, os gustará La azotea.
Interesantísima esta novela que no conocía. Desde luego me la llevo.
ResponderEliminarUn beso
He visto muchísimas críticas de ella en redes, todas buenas...pero es la primera vez que leo sobre la historia de la que trata. Y me gusta mucho. Igual me equivoco...pero también me ha recordado un poco a "La habitación", al menos a su película.
ResponderEliminarbesitos
No conocía esta novela. Y me ha llamado muchísimo la atención. Apuntada me la llevo. Gracias por el descubrimiento.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo tampoco la conocía. Me ha parecido muy interesante y no me importaría leerla.
ResponderEliminarBesos.