Título: El último vagón
Autora: Ángeles Doñate
Editorial: Umbriel Editores
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 192
Precio: 12 euros
Ángeles Doñate nació en Barcelona. Es la primera de cinco hermanos, que ya le han regalado cuatro cuñados y tres sobrinos tan buena gente como ellos y como su madre. Las letras, junto con sus amigos y los viajes, han sido su pasión desde muy chiquita. Fue una lectora voraz que se escondía bajo una escalera para leer a todas horas, estudió Periodismo y empezó a escribir sus propias historias. Convencida del poder de estas para cambiar el mundo, hacerlo más bello y más solidario, ha combinado su trabajo en periódicos y revistas con la enseñanza y la comunicación institucional, siempre vinculada al mundo educativo y social. Desde hace años, comparte su suerte enseñando a leer y escribir a personas adultas. Ha publicado libros como “Inspiraciones con tu perro”, “¿Quieres un consejo” o “Cuando la cigüeña se pierde”, así como el cuaderno de viaje “De Santiago de Chile a Puerto Williams”. Sus dos primeras novelas fueron “La sonrisa de un perro”, en coautoría, y “El invierno que tomamos cartas en el asunto”, que la ha llevado a lectores de Portugal, Polonia, Italia, Grecia, Alemania, Chile...
Ikal tiene 11 años, es hijo de un obrero del ferrocarril y sueña con ser maestro. Admira a Chico, cuenta los trenes que pasan con Tuerto, sueña con Valeria, una campesina, y vive mil aventuras con Quetzal, su perro. Todos son alumnos de don Ernesto, en la escuela vagón Malinalli Teneplat, durante el curso en que cambiaran sus vidas. En la frontera de ninguna parte, entre campos de frutales y vagones viejos, treinta alumnos descubrirán la vida gracias a la pasión de un maestro que ha unido su suerte con la de estos jóvenes con las cartas marcadas. Una foto en blanco y negro de todos ellos, que duerme en un expediente olvidado de la Secretaría de Educación, se convertirá años después en la peor pesadilla de Hugo Valenzuela, un brillante inspector. El maestro, anciano y casi ciego, debe jubilarse. Pide reemplazo pero algunos políticos creen llegado el momento de dar carpetazo a un modelo educativo pasado de moda e inútil. ¿Inútil? Hugo no está tan convencido y decide estirar del hilo. En un viaje que le llevará a reencontrarse con su pasado, deberá jugarse su futuro, descubriendo que hay huellas que no se pueden borrar. Como las del primer amor o las de un maestro, que a través de la curiosidad y el cariño, nos abre las ventanas al mundo.
Si hay algo que me gusta mucho es cuando una recomendación llega a mis manos. Sonia, del blog Leer es viajar me recomendó nada más ver el título del libro y sin ni siquiera haberlo leído y esto luego fue corroborado cuando lo hubo leído. Y es que cualquier libro que trate sobre educación, es un libro que seguro me va a acabar gustando.
Nos adentraremos en esta historia dando saltos en el tiempo. Veremos cómo inspectores valoran el cierre de algunos colegios que no rentan y por otro lado nos iremos de pleno a la escuela Manilalli Teneplat, una escuela vagón que no es ni más ni menos que unas escuelas llamadas Artículo 123 que estaban construidas en vagones de trenes que iban viajando para que todos las famílias de nómadas ferroviarios pudiesen estudiar. Estas escuelas ya no rentan para el gobierno y deben ser eliminadas según algunos de los inspectores que siguen algunos intereses.
Conocer el pasado de esta escuela donde don Ernesto es el maestro que trabaja con vocación y pasión y sus alumnos donde nos centraremos más en Ikal, Valeria, Chico y Tuerto ya que serán los protagonistas de esta historia y con los que iremos descubriendo la cruda realidad de aquella época y de aquel lugar. Poco a poco, los alumnos irán formando parte de la historia e iremos cogiéndoles tanto cariño que pasaremos momentos realmente malos.
Pues esta es la última escuela vagón que existe y es el inspector Hugo Valenzuela el encargado de decidir el cierre o no de esta escuela. Lo que parece una historia sin más con una decisión u otra se convierte en un vuelco en la historia ya que el lector no espera ninguna sorpresa y eso la verdad es que me ha gustado muchísimo.
Es una historia muy corta, con pinceladas para pensar sobre lo que hacemos, una oda a los maestros que con pasión y vocación trabajan por sus alumnos y sin duda alguna, historia que llega al alma.
Agradecer a la editorial por el ejemplar
He leído varias opiniones favorables sobre esta novela y apuntado lo tengo a ver si me decido.
ResponderEliminarBesos
No la conocía y me ha gustado mucho lo que cuentas. Tomo buena nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me apunto el título porque es cortita y me has dejado con la miel en los labios al leerte. Besos
ResponderEliminarJo... pues tiene buena pinta y encima es cortita. No diría que no la verdad. Besos
ResponderEliminarBuenaas!
ResponderEliminarPues por lo que cuentas pinta muuuy bien ^^
Gracias por la reseña <3