Siempre hemos vivido en el castillo - Shirley Jackson

Título: Siempre hemos vivido en el castillo

Autora: Shirley Jackson

Editorial: Editorial Minúscula

Encuadernación: Rústica con solapas

Páginas: 208

Precio: 18,50 euros

Shirley Jackson (San Francisco 1916 ― Bennington 1965) estudió en la Universidad de Syracuse. En 1948 publicó su primera novela, The Road Through the Wall, y el cuento «La lotería» (incluido en el volumen Cuentos escogidos), un clásico del siglo XX. Su obra ―que también incluye las novelas Hangsaman (1951), The Bird’s Nest (1954), The Sundial (1958) y La maldición de Hill House (1959), así como los ensayos autobiográficos Life Among the Savages (1953) y Raising Demons (1956)― ha ejercido una gran influencia en A. M. Homes, Stephen King, Jonathan Lethem, Richard Matheson y Donna Tartt, entre otros escritores. En 1962 publicó Siempre hemos vivido en el castillo, que fue considerada por la revista Timecomo una de las diez mejores novelas del año. En 2010, la prestigiosa Library of America reunió algunas de sus obras más significativas en un volumen al cuidado de Joyce Carol Oates.

«Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.» Con estas palabras se presenta Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, que lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su anciano tío Julian, que va en silla de ruedas y escribe y reescribe sus memorias. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonas concentran la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días discurrirían apacibles si no fuera porque algo ocurrió, allí mismo, en el comedor, seis años atrás.

Las sorpresas llegan cuando menos lo esperas y la verdad es que me di el lujo de adquirir este libro en la feria del libro ya hace unos meses. ¿Ganas de leerlo? Muchísimas, más que nada diría expectativas altas y ganas de descubrir lo que encontraría dentro de sus páginas. Hoy os hablo de Siempre hemos vivido en el castillo.

Ya me lo dijo Lou de Planeta Eris, este es un #LibroJosé y cuando lo acabé tan sólo pude decirle, he de decirte que también es un #LibroLou porque es que cuando queremos tenemos unos gustos muy similares y sabemos reconocerlo. Eso está genial para poder recomendarnos mutuamente libros.  Sin más dilación os cuento mis impresiones sobre este libro. 

Con un comienzo de lo más abrumador (véase sinopsis del libro) la autora capta nuestra atención de una manera especial, mostrándonos una historia que promete muchísimo. Mary Katherine será nuestra protagonista principal y la narradora de esta historia. Iremos descubriendo poco a poco su vida en la que la gente del pueblo odia a su familia. ¿Por qué? Ellos parecen ser diferentes, su estatus social lo demuestra. Las miradas de la gente cuando pasan se posan en sus espaldas, las intentan derribar y hablan de ellas. 

Pero ha ocurrido algo en el pasado. Katherine vive con su hermana Constance y su tío. Sus padres y parte de su familia murieron envenenados en su propia casa. ¿Quién los envenenó? Lo descubriremos al final del libro aunque nos podremos hacer una idea a medida que vayamos avanzando. 

Lo que tiene de especial esta historia es la propia vida de Katherine, cómo viven, cómo la prosa de la autora nos deleita poco a poco, cómo las circunstancias que van a acontecer con la llegada de un familiar lo trastocará todo y removerá más la historia. 

Katherine es especial, dura, cruel y eso lo veremos reflejado en cada una de las palabras que están impresas en este magnífico libro. Como lectores veremos reflejado el trabajo que ha realizado la autora para la creación del personaje y su psicología. 

Es sin duda una historia especial, de esas que merecen la pena ser leídas. Me ha recordado muchísimo a Del color de la leche por esa historia escondida, por ese misterio que recorre todas las páginas y que aunque sepamos desde hace tiempo, nos incita a seguir leyendo porque lo que leemos es bello, es placentero. 

¿Conocíais esta historia? Si es así, ¿qué os ha parecido?