Autor: César Bona
Editorial: Plaza & Janés
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 336
Precio: 17,90 euros
César Bona (Ainzón, Zaragoza, 1972), se convirtió hace unos meses en el mejor profesor de España. Su clave es su empatía, su capacidad para conectar con los alumnos y detectar lo que les falta y lo que les puede motivar. Así ha sido en todos los colegios en los que ha ejercido la enseñanza. Desde una clase con niños de diez años que no sabían leer -la mayoría de etnia gitana- hasta un colegio rural de seis alumnos donde la mitad de ellos no se hablan por rencillas familiares. En el primero combatió el absentismo escolar recibiendo clases de cajón flamenco (impartidas por sus alumnos), y el analfabetismo con una obra de teatro. En el segundo, rodó un corto de cine mudo con los niños, poniendo como protagonistas a los que no se dirigían la palabra (esta experiencia ganó un permio del Ministerio de Educación, y el corto se llevó un galardón en un festival de cine de la India).
Además de la creatividad también quiere que sus alumnos desarrollen el espíritu crítico y sepan plantear alternativas: en Muel (Zaragoza) llegó un circo. César les hizo investigar sobre los circos como trabajo extraescolar y de este experimento surgió El Cuarto Hocico, una protectora de animales virtual que fue premiada por la mismísima Jane Goodall (la primatóloga, Premio Príncipe de Asturias y Embajadora Mundial de la Paz, pone a César de ejemplo de pedagogo fuera de serie). Hoy en día esta protectora tiene un alcance internacional: Children for Animals, y demuestra todo lo que se puede conseguir con el poder de los niños (la prohibición en su pueblo, por ejemplo, de los circos con animales, otro premio ministerial, además del de la asociación de Jane Goodall y la presentación en las Cortes de su proyecto).
Todas estas iniciativas, entre muchas otras, le han llevado a optar al Global Teacher Prize, un galardón equivalente al Premio Nobel del Profesorado, en el que César se ha contado entre los 50 finalistas (es el único español).
Hay escuelas en España que están cambiando la educación. Escuelas que no están en Finlandia ni en Suecia; unas son públicas, otras rurales y algunas incluso están masificadas. Todas ellas son «Escuelas Changemaker» y están preparadas para liderar una verdadera transformación educativa.
César Bona ha viajado por siete ciudades y pueblos siguiendo el camino de algunas de las escuelas que están luchando para que cada niño, niña y joven tenga la oportunidad de convertirse en un agente de cambio. Son lugares que cuentan con alumnos motivados, maestros corrientes, y padres cómplices detrás. Escuelas excelentes académicamente y con un proyecto integral donde el respeto, la creatividad, la imaginación, el trabajo en equipo, la empatía y la interacción con la sociedad son el mejor camino para completar las enseñanzas de las asignaturas tradicionales.
César Bona nos narra, con su personal y cercana voz, lo que han logrado estas escuelas, lo novedoso de sus métodos y cómo todos, sea cual sea nuestra edad, podemos cambiar el mundo. No olvidemos que los niños no son los adultos del mañana, son los niños del presente y ellos, si les dejamos ser niños, si les reforzamos su creatividad natural, su imaginación desbordante y trabajamos la empatía, la solidaridad y el respeto, pueden cambiar el mundo. No en el futuro, sino ahora.
Como docente, intento estar a la última en cuanto al paradigma educativo y está más que claro que César Bona, considerado uno de los mejores maestros de España, ha marcado un antes y un después en la educación.
En su primer libro, La nueva educación, ya podíamos apreciar algunos de los aspectos en los que todo lo que engloba al sistema educativo, debería cambiar. En su nuevo libro, Las escuelas que cambian el mundo, encontraremos diferentes escuelas que César ha visitado para ver cómo trabajan. En cada una de ellas encontraremos algo bastante diferente a lo que estamos acostumbrados a encontrar en una escuela si nos ponemos a pensar en los tiempos en los que nosotros íbamos a la escuela. Cada uno de los puntos que tratan estas diferentes escuelas, las hacen únicas.
Nos puede llegar a sorprender que una escuela sin libros de texto funcione e incluso se puede poner a cuestionar ahora mismo, con todo este lío de la huelga por los deberes, si la implicación de las familias en el centro son importantes. Pues claro que son importantes dentro de un centro educativo aunque no lo parezca pero sobre todo, lo importante es la comunicación entre todos los miembros que la habitan.
Con César Bona y con este libro, iremos viajando a diferentes escuelas donde podremos apreciar que la implicación del alumnado a formar parte del proyecto educativo es más que importante. Que ellos participen, que se sientan importantes (porque no hay que olvidar que lo más importante dentro del sistema educativo son ellos y no el cumplimiento de los currículos utópicos que tanto se empeña la política en cumplir para pasar un examen llamado PISA y dar buenos resultados). Una educación basada en proyectos que nace de la curiosidad de los alumnos, unas clases donde no hay mesas separadas sino rincones de trabajo, donde la mesa del profesor no existe porque dentro del aula hay 3 maestros y que éstos, a su vez, se complementan a la perfección.
A medida que he viajado de la mano de César Bona he ido dándome cuenta de que no hay que ir a otro país como se viene diciendo desde hace tiempo (Finlandia) para conocer a grandísimos profesionales de la educación. España está repleta de grandísimo personal docente que no está siendo valorado desgraciadamente por la sociedad en la que vivimos y que tiene que ser valorado, donde una escuela diferente, aunque parezca extraño, es más que posible siempre y cuando la sociedad, y los políticos, empiecen a aflojar y dejen trabajar a los grandes profesionales como debe ser.
Como corroboración a lo que se está llevando a cabo en estos centros educativos tendremos la voz de los niños. Esos niños que participan activamente dentro de una escuela, donde se les escucha, donde son ellos mismos los encargados de llevar una biblioteca, donde aprender es mucho más sencillo de lo que parece, donde las familias apoyan cada uno de lo que se hace en la escuela.
Este libro me ha servido para darme cuenta de que algo está cambiando, de que me encantaría poder estar en cada uno de los centros educativos en los que ha estado César para empaparme de todo aquello, de ver cómo cada uno de los niños va feliz a la escuela. Es sin duda, un libro que, como docente, te hace reconocer la grandeza de la profesión.
Agradecer a la editorial por el ejemplar
Muy interesante lo que cuentas. Un beso ;)
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